Este es nuestro último post de la
serie dedicada a las piedras preciosas y semipreciosas. Y lo culminamos
hablando de las tres piedras preciosas por excelencia.
Recordamos que para poder distinguir
entre piedras preciosas y piedras semipreciosas se utilizan tres factores:
1. La escala de dureza de las
mismas (lo que garantiza su durabilidad), que, además, tradicionalmente
coincide con las piedras o gemas preciosas por excelencia (la piedra preciosa
más dura que existe es el diamante).
2. La rareza, escasez o
dificultad para encontrarlas en la naturaleza.
3. Su belleza y perfección.
Cuando hablamos de la belleza y perfección de una piedra, ya sea preciosa o
semipreciosa, nos referimos a su color, brillo, transparencia y pureza. Una
piedra preciosa pura, sin imperfecciones y con un color radiante, puede tener
un valor incluso superior al de un diamante de similares características.
Las tres únicas piedras o gemas
consideradas preciosas –además del diamante- por los factores anteriores son el rubí, la esmeralda y el zafiro azul.
Décadas atrás, también se
consideraba la amatista como una piedra preciosa, pero después del
descubrimiento de los enormes yacimientos en Brasil pasó a formar parte del
grupo de las piedras semipreciosas, al no ser tan escasa y rara.
RUBÍ
Su denominación proviene del
latín ruber, que significa rojo. Su principal característica es el intenso y
brillante color rojo que su propio nombre indica. Este color es debido a los
metales que lo componen, el hierro y el cromo. Pertenece a la familia del
corindón –igual que el zafiro- y tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Es
la piedra de mayor dureza después del diamante.
Cuando se extrae de la
naturaleza, el rubí presenta un aspecto parco y tosco, pero, una vez
seleccionados los que se van a utilizar en joyería y después de ser tallados,
adoptan ese exclusivo tono radiante que les hace tan majestuosos. A tener en
cuenta que solamente entre el 1% y el 5% de los rubíes extraídos de la
naturaleza son seleccionados para su uso en joyería.
Famoso por ser una protección
contra la desgracia y la mala salud, el rubí también se utiliza para abrir el
corazón y fomentar el amor. Se entrega como regalo ya que es un símbolo de la
amistad y del amor. El rubí también es un símbolo de la vitalidad y la realeza.
ESMERALDA
Su nombre proviene del persa; su
significado es “piedra verde”.
La esmeralda ha sido siempre muy
valorada, ya que, a pesar de que existían otras piedras verdes, la única
cristalina era la esmeralda. En la actualidad, conocemos otras piedras
cristalinas de color verde, pero ninguna de ellas es comparable en color y
transparencia a la esmeralda. Pertenece a la familia del Berilio y tiene una
dureza de 8 en la escala de Mohs.
Únicamente el treinta por ciento
de las esmeraldas extraídas en las minas son talladas para su comercialización
en joyería, y de éstas sólo en el dos por ciento de ellas no se aprecian
incisiones a simple vista. De ahí, su rareza y alto valor de cotización en el
mercado.
Según la tradición, la esmeralda
ayuda a la fertilidad, mejora la vista, y le confiere al portador poderes
psíquicos. Se cree que sirve para salir de una depresión y aliviar el insomnio.
Promueve el auto-conocimiento, los sueños pacíficos, y contribuye a lograr el
equilibrio y la paciencia.
ZAFIRO AZUL
Como el rubí, pertenece a la
familia del Corindón.
Su característica distintiva es
su intenso color azul; aunque existen zafiros de otras tonalidades, el más
valorado y apreciado es el zafiro azul. A cualquier Corindón de color distinto
al rojo se le denomina zafiro; de ahí que se adjetive y se le denomine zafiro
azul.
Como el rubí, el zafiro azul
tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Su rareza aumenta a diario, ya que
muchos de los yacimientos de zafiros se encuentran agotados, en la actualidad,
y los que se descubren no pueden cubrir la demanda.
Durante largo tiempo se lo ha
asociado, a la paz y la felicidad, se cree que ayuda a la comunicación,
comprensión, intuición, inspiración, y la oración. En la antigüedad se creía
que los zafiros ayudaban a predecir el futuro.