El término "rococó" procede del francés "rocaille" que significa "concha", y está asociado a determinadas fórmulas decorativas y ornamentales como la incrustación de las mismas o de fragmentos de vidrios utilizados en cuevas artificiales.
El Rococó es un movimiento artístico europeo, surgido por primera vez en Francia, en la intersección entre el Barroco y el Neoclasicismo. Se registró tras la llegada de Luis XV al trono de Francia (1712), caracterizado por sus temas minuciosos y coquetos como las galanterías refinadas, los juegos amorosos, situaciones íntimas y escenas eróticas y algo picantes.
Examinado por muchos como la variación profana del barroco, surge cuando el movimiento se libera de la temática religiosa y empieza a incidir en la arquitectura de palacios civiles, por ejemplo. En sentido estricto, el rococó es el barroco llevado a la exageración de decoración.
En el ámbito de la historia de las formas y las expresiones, el siglo XVIII comenzó con signos del barroco. En poco tiempo el Neoclasicismo dominaba la creación de los artistas. Entre ambos, existió el Rococó. En la joyería, en el mobiliario, en la pintura o en la decoración de interiores de hoteles parisinos de la aristocracia se encuentran elementos característicos del movimiento: las líneas curvadas, delicadas y fluidas, los colores suaves, el carácter lúdico de los retratos y las fiestas galantes y las actitudes de una sociedad en busca de la felicidad, de la alegría de vivir y de los placeres sensuales.
Los pintores más representativos de la época fueron François Boucher, Antoine Watteau y Jean-Honoré Fragonard. Las principales características de este movimiento son los colores claros, tonos pastel y dorados, representación de la vida profana de la aristocracia y de tipo alegórico.
Fragonard fue expulsado de la corte de Luis XV por libertino pero aún así recibió muchos encargos de privados. Su cuadro más famoso es “El columpio” donde un amante mira por debajo del vestido de su amada mientas ella se columpia.
A nivel de la joyería, los diamantes eran de uso casi exclusivo, y la gran demanda de estas piedras translúcidas llevó a la incorporación de pasta de vidrio y cristal de roca a la joyería del momento. También se incluían la marcasita y piezas de hierro cortado.
Collares cortos complementaban los escotes bajos de la época. Toda la joyería producida durante estos años era realizada a mano y demostró una enorme innovación.
A partir del 1750 comenzaron a usarse nuevamente las gemas de color y sobre el final del siglo se pusieron de moda nuevamente los camafeos e intaglios, producto del interés que despertaron estas piezas en Napoleón,tras su incursión en Italia.
Una joya que tuvo una finalidad muy práctica, ya que los atuendos femeninos de la época no poseían bolsillos, fue la Chatelaine, una especie de joya multiusos que se usaba a la altura de la cintura y permitía al usuario colgar tijeras, relojes, lápices, etc.
Los anillos eran usados en cada dedo y las cadenas con eslabones geométricos se usaban largas y cruzadas sobre los hombros o sobre el pecho.
Otro tipo de joyería muy popular de este periodo fue la “joyería de duelo”, que se usaba en homenaje a un ser querido e incorporaba un mechón de pelo bajo un vidrio. Este tipo de joyas frecuentemente incluían granates, madreperlas, esmalte negro y Onix. También se usaban para este fin retratos miniatura pintados a mano sobre colgantes, broches y brazaletes.
Qué os parecen las joyas de estilo rococó?
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