martes, 2 de octubre de 2012

TENDENCIAS ACTUALES EN BRAZALETES Y PULSERAS


Como bien sabemos, en cuanto a ropa cada temporada se imponen prendas nuevas, colores, texturas y demás, y los accesorios también van cambiando y actualizándose para complementar esas prendas.

Hoy en día podemos decir que no hay un solo estilo impuesto, lo cual beneficia a todas las mujeres, ya que si su personalidad es poco común seguro encontrará una pulsera que vaya con ella.
 
 

Looks navajos, bohemios, hippies, tonalidades pastel y fluorescentes, detalles metálicos, flores o animal print, … Sea cual sea el estilo que más te guste, podrás llevarlo en tus accesorios, y adornar tus muñecas logrando llamar la atención de quienes te rodeen, decorando y a la vez dando un toque nuevo a tu look.

Las pulseras junco tienden a afinar la muñeca. Si llevamos una blusa o top de mangas anchas, nos pondremos varias pulseras junco juntas, pero deben ser todas del mismo estilo y más bien sobrias. Si llevamos un top ceñido, con una sola pulsera más bien grande, es suficiente.
 
 

Este año han predominado los brazaletes anchos y dorados. Sólo con uno de estos complementos, el look queda completo mostrando la amplitud del brazalete sobre la prenda sin manga.
 
  

Con looks desenfadados la combinación de diversos estilos también ha sido muy utilizada esta temporada. Pulseras doradas, étnicas, de tela … se han combinado para formar mezclas originales.
 
 

El animal print llega también para adornar tus muñecas, al igual que las trenzas también se convierten en protagonistas en las formas de las pulseras.
 

El cuero sigue apoderándose una temporada más de nuestras muñecas, mientras que los pompones y las calaveras de colores son un must para las pulseras.

  Las pulseras para el tobillo van muy bien con faldas y vestidos largos y holgados, de estilo hippie o bohemio. Combinados con unas sandalias planas, bailarinas o con muy poco tacón, en estilo informal.
 
 
Cuál es vuestro estilo en brazaletes y pulseras?
 

jueves, 27 de septiembre de 2012

CONSEJOS ÚTILES PARA COMBINAR UN COLLAR CON EL VESTIDO


Las joyas son un accesorio que por excelencia se encuentra presente entre las mujeres. Hay algunas que las adoran y se enfundan en piezas plateadas y doradas, y otras que las llevan con más timidez. Pero no hay duda de que a todas nos gustan. Sin embargo, combinarlas con la ropa no siempre es fácil. Aquí te damos algunos consejos.

Empezaremos por los collares.

 

Siempre se debe evitar llevar los collares muy apretados al cuello pues eso dará un efecto óptico que hará parecer que el cuello sea más corto. Si preferimos llevarlos con un colgante a la altura del pecho, esto alargará la silueta.

Los collares más cercanos al cuello, quedan bien con escotes pronunciados redondeados,  acompañados por unos pendientes pequeños.

Los collares largos se deben llevar con prendas sobrias, tanto en textura como en el color. El algodón y el punto ligero son buenas opciones para combinar con collares largos.

 
Los collares babero siguen marcando tendencia. Lo que comenzaba siendo un accesorio atrevido para muchas el pasado verano, esta temporada se ha convertido en uno de los complementos más deseados para nuestros looks. 
 




Analicemos ahora los diferentes tipos de escote para ver qué collar es el más recomendable en cada look.

Hay cinco tipos de escote: strapless, redondo, barco o bote, en “v” y tortuga, beatle o polera.

 
ESCOTE STRAPLESS

Para lucir un vestido strapless, si tenemos dudas sobre qué accesorios utilizar, en gran medida dependerán del tipo de evento y también del peinado que vamos a decidir usar. Sin embargo, cualquiera sea la opción que elijamos  recordaremos que debemos ser nosotras la que resaltemos y no el vestido o el accesorio.

 

Si elegimos una prenda strapless, en general usaremos collares cortos, de grandes dimensiones o alguno largo, pero con su parte principal sobre la piel del escote.

No hay que olvidar que el color debe ser acorde al tono de la piel y haciendo juego con pendientes y pulseras.
 


Debemos saber cuáles son los puntos fuertes que queremos sacar a relucir porque, en general, un vestido strapless puede combinarse con cualquier tipo de accesorio.

 

Un vestido strapless es súper acentuador para nosotras, aunque podamos tener diferentes tipos de cuerpo. Ya sea de perita, triángulo invertido, reloj de arena… ¡a todas nos queda!

 
El cuello, la parte del escote en sí, los hombros y hasta los brazos van a ser el foco de las miradas. Si el cuello es largo podemos darnos el lujo de usar esas gargantillas que van pegadas a él y se verá espectacular. Pueden tener colgante o no, el hecho de que esté al descubierto nos da la oportunidad de lucir lo que deseemos.
 
 


Si en cambio, el cuello es corto, es aconsejable utilizar una cadenita delgada lo más larga posible con un dije colgante que forme una V, y así lo afinará y alargará. Este último truco también es recomendable para  los hombros muy anchos, para lograr una figura más estilizada. Si decidimos usar un collar, los aretes deben ser pequeños y es aconsejable que hagan juego con el collar para no desentonar.
 
 



El tipo de collar (de colores, con brillantes, con dije o sin él) hay que escogerlo en base a la hora y ocasión en que se usará. Si es una gala (matrimonio, bodas de oro, etc.), los brillantes pueden darle el toque de elegancia que necesitamos. Ahora bien, si el vestido incluye apliques de piedras, por ejemplo, en el borde del escote, debajo del busto o en la cintura, es preferible que el collar sea sencillo o evitarlo para no recargar demasiado esa zona del cuerpo (entre el cuello y la cintura).




ESCOTE REDONDO
   

El escote redondo  permite llevar, como complementos, collares cortos, que se enmarquen dentro del área visual de la piel.
Hay collares muy atrevidos de moda en colores contrastantes con la prenda de vestir y que nos hagan sentir y vernos, simplemente, hermosa.
 
 

ESCOTE BARCO
   
Cuando usemos escote barco, también llamado bote, usaremos collares de bijoux, cortos y de apariencia pequeña. Así, el cuello se apreciará más largo y fino.

Y si lo que deseamos ser el centro de atención, combinaremos el collar con un anillo de diseño en el mismo tono.
 

 
ESCOTE  EN "V"

Con escote en “v”, usaremos collares de bisutería de diversas dimensiones: largos, cortos, en forma de “y” o “v”.

Si el busto es grande, las  joyas y complementos largos, que sobrepasen el escote, para que la figura se perciba más delicada.



ESCOTE TORTUGA

Si elegimos llevar escote tortuga, beatle o directamente, polera, buscaremos collares largos como complementos de moda.

Para  prolongar la figura a través de un collar debe llegar hasta la cintura y no se ajuste demasiado al cuello.




¿Cuál ES TU ESTILO?


martes, 18 de septiembre de 2012

LAS JOYAS EN LA ANTIGUA ROMA


El gusto por los espléndidos trajes, los ricos adornos y por las joyas  y piedras, fue importado de Asia, de allí pasó a Grecia y de ésta a Roma. Los griegos, vecinos próximos de Asia, estuvieron más expuestos al contagio del lujo y a la vida refinada, para después sucumbir como Imperio.

Alejandro Magno participó del gusto persa, y parece que su manto estaba bordado en oro y ricas joyas y llevaba el cuello cubierto totalmente de piedras preciosas. El lujo entre los romanos se inicia en la conquista de Macedonia. Tanto las piedras preciosas, el oro, las perlas, la plata, las sedas, las ricas y sofisticadas esencias, así como la púrpura y la escarlata del voluptuoso Oriente y de la lejana Africa, fueron reunidos dentro de los muros de Cartago, y provocaron en los austeros romanos nuevos gustos, nuevas sensaciones, nuevos placeres y despertando en ellos una insaciable sed de riqueza, comparable solo al afán de dominación y de gloria que les caracterizaba.
 
                                                  
 
Las conquistas, suscitaron en el pueblo romano el interés por el lujo y la magnificencia y el arte de emplear las riquezas. Se dice que data de aquella época el origen de tanta suntuosidad de los romanos, quienes sobrepasaron en exageración más que en buen gusto.

Hubo una primera colección de joyas que se conoció con el nombre de Dactylotheca. Durante mucho tiempo no existió sino esa, hasta que apareció una muy superior. Esta colección estaba formada por rubíes, topacios, diamantes, esmeraldas, ópalos, ónices, gran número de anillos, sellos, brazaletes y cadenas de oro de un exquisito trabajo. Estas joyas se caracterizaban por su gran brillo y magnitud, y era sin lugar a dudas la más rica y lujosa colección proveniente de los príncipes vencidos por los romanos.

 
El emperador romano tenía un manto bordado en oro y joyas que se decía había pertenecido a Alejandro. Estas maravillas eclipsaron al pueblo romano, sin embargo el lujo y el esplendor de las joyas de Mitridates superaron todo lo conocido hasta ese momento. La diadema y la funda de la espada del vencido monarca, estaban totalmente revestidas en pedrería.
 
 

El lujo una vez introducido en Roma hizo rápidos progresos. Pieles de Sicilia y tapices de Babilonia, ambas de las riberas del Báltico al Danubio, y aromas de oriente eran importados a cambio de oro y plata y pedrería.

A pesar de los edictos con que trató de reprimir la locura de los vasallos, César era un entusiasta coleccionista de piedras preciosas, vasos cincelados, estatuas, pinturas, etc., especialmente de obras de antiguos artistas famosos. La casa del Emperador Nerón tenía paredes de nácar con incrustaciones de oro y piedras preciosas. En los grandes juegos instituidos por este se regalaban billetes que eran premiados con pájaros, vasos de varias clases, trigo, oro, plata, perlas, piedras preciosas y pinturas.



Heliogábalo usaba sandalias con incrustaciones de pedrería de gran valor, y nunca lucía dos veces el mismo par.

Calígula construyó barcos enteramente en madera de cedro con las popas revestidas de las más bellas piedras preciosas. El manto del Soberano estaba bordado en hilos de oro y enjoyado en piedras preciosas, y hasta su caballo predilecto, hacía sus paseos cubiertos con mantillas de púrpura y collar de perlas.



En el reinado de Antonino fue el momento en que se llegó al mayor exceso de lujo y suntuosidad tanto en edificios, jardines, muebles, banquetes y joyas de todas las clases.

Cuando el furor por estas últimas llegó a su máximo esplendor, ya no bastó para satisfacer la vanidad de sus nobles, dueños del mundo, la calidad de las piedras y su trabajo de orfebrería, sino que también era importante su ilustre origen. Un anillo, un vaso o una diadema de perlas, era preciso que por su genealogía ascendiesen hasta la mismísima Cleopatra…

 
¿Qué opinión te merece la suntuosidad por la riqueza de esta época?